Toda una vida en la Farmacia, con José María Infantes.

01 out 2020
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Toda una vida en la Farmacia, con José María Infantes.

Se dice de esta profesión que se lleva en los genes. Que uno nace farmacéutico y lo sabe de toda la vida. Y de la misma manera, en muchas ocasiones, este gen se transmite de generación en generación.

Elaboración propia, 01.10.2020

Es el caso de José María Infantes, quien ha pasado 40 años de su vida entregado a la farmacia. Antes de él, sus padres y abuelos. Y, ahora, su hija Natalia sigue sus pasos. Una vocación como legado familiar que ha pasado de padres a hijos desde 1860.

La oficina de farmacia de José María Infantes se sitúa en Verger, en la provincia de Alicante. Y, aunque él tomara las riendas en el año 1981, fue su padre, Carlos Infantes, quien la abrió en 1945. De la misma manera, su madre, Josefa Costa, trabajaba en una localidad cercana en la farmacia que en su día perteneció a la familia.

Los inicios en la rebotica

Infantes recuerda sus inicios con mucho cariño. Comenzó realizando análisis clínicos a sus pacientes de manera diaria. Cada mañana acudía a la farmacia bien temprano, realizaba las análiticas y las llevaba a la farmacia de su madre, donde estaba situado el laboratorio.

Pasaba las guardias solo, ya que su farmacia tenía que estar abierta todos los días del año. Y, si se marchaba a comer, dejaba su número de teléfono en la puerta, y siempre estaba atento en caso de que algún paciente lo necesitara. Siempre con la vocación por delante y con su responsabilidad como farmacéutico por bandera. Algo que no ha cambiado en sus 40 años de dedicación plena.

Avances vividos en primera persona

En palabras de Infante: la profesión de farmacéutico “ha cambiado y mucho. Y menos mal. Al principio todo era manual. Todo apuntado en papeles. Apuntaba en una lista aquellos productos que necesitaba y posteriormente, a través del teléfono, dictaba uno a uno sus pedidos. Aún recuerdo lo rápido que tomaba nota la chica que atendía”. 

Posteriormente llegaron unos terminales en los que marcaban unos códigos. Insertaban una cápsula en el teléfono y, a través de unos sonidos, se tramitaba su petición. 

A su farmacia, los pedidos llegaban en el autobús de línea. El cual paraba y dejaba el pedido en el bar. Donde, posteriormente, él se encargaba de recoger. 

Infantes aprecia mucho la facilidad y rapidez con que funcionan las cosas hoy en día. No solo por cuestiones de tiempo, sino por cuestiones económicas. No se nos puede olvidar que la tarifa plana telefónica no existía hace 40 años.

Un mensaje para los que seguirán pasos como los suyos

A los jóvenes, dice que no sabría darles un consejo a pesar de una trayectoria de 40 años de profesión. Los cuales hacen de José María un farmacéutico sabio, profesional y con mucha vocación. Las únicas palabras que tendría para ellos son “mucho ánimo para ellos, que sigan adelante”.

José María ya no está en activo. Pero su farmacia continúa actualmente con su hija. Una farmacia en la que está su huella. La de un boticario con vocación de servicio al paciente. Con una historia que empezó en el 1860 y que llega hoy a nuestros días. José María Infantes hace que hoy podamos disfrutar de la historia viva de la farmacia.